11.19 : Cromatografía líquida de alto rendimiento: instrumentación

La cromatografía líquida de alto rendimiento, o HPLC, es una técnica analítica que separa muestras líquidas a altas presiones. Un instrumento de HPLC consta de botellas de vidrio para almacenar disolventes llamados depósitos de fase móvil. Los disolventes de grado HPLC se utilizan para mantener una alta pureza y los gases disueltos se eliminan mediante un desgasificador, como un sistema de bombeo de vacío o mediante burbujeo con helio. A continuación, los disolventes se bombean a la columna analítica mediante una jeringa accionada por tornillo o bombas reciprocantes. La mayoría de los instrumentos de HPLC modernos utilizan bombas de pistón reciprocantes que crean un flujo de fase móvil pulsado, que se suaviza al conectarlas a un amortiguador de pulsos. En algunos análisis, se emplea la elución por gradiente. Esta técnica implica cambiar gradualmente la composición de la fase móvil, lo que puede mejorar la separación de mezclas complejas en función de su polaridad. Los controladores de gradiente se utilizan para mantener el caudal de disolventes durante este proceso.

Antes de que la fase móvil llegue a la columna, la muestra se introduce en el inyector de bucle o autoinyector. La fase móvil, junto con la muestra, entra en la columna, que está llena de una fase estacionaria. La columna analítica se coloca en un horno de columna para mantener una temperatura constante. A veces, se utilizan precolumnas como columnas de depuración y de protección para proteger la longevidad de la columna. Una vez que se separan los componentes del analito, viajan al detector, que los identifica y convierte los resultados en un cromatograma que muestra la computadora. Finalmente, el eluyente (el disolvente que transporta los componentes separados) se desecha o se recoge en el colector fraccional.