10.11 : Hormigonado en climas cálidos

La aplicación de hormigón a temperaturas elevadas acelera el proceso de hidratación, lo que conduce a un fraguado más rápido, pero reduce potencialmente la resistencia a largo plazo de la estructura de hormigón. Además, la baja humedad del aire favorece la rápida pérdida de humedad del hormigón, lo que da como resultado una menor trabajabilidad, una contracción plástica pronunciada y una mayor probabilidad de agrietamiento.

El aumento de temperatura en el hormigón se puede mitigar de forma económica sombreando las pilas de áridos para evitar el calentamiento por la radiación solar, enterrando las tuberías de agua y pintando de blanco las tuberías y los tanques expuestos para reflejar el calor. La reducción del contenido de hormigón en la mezcla puede reducir el calor total liberado por la hidratación; en este caso, la disminución de la trabajabilidad debido al menor contenido de hormigón se puede compensar seleccionando áridos con bajas tasas de absorción y un mínimo de impurezas. También es posible ajustar la trabajabilidad y el tiempo de fraguado mediante la aplicación de un aditivo retardador del fraguado. La incorporación de hielo al agua de mezcla ayuda a controlar la temperatura. Sin embargo, es fundamental garantizar que el hielo se disuelva por completo durante el proceso de mezcla.

Se recomienda colocar el hormigón entre 45 y 60 minutos después de mezclarlo sobre encofrados humedecidos y durante las horas más frescas de la tarde. Después de la colocación, es fundamental garantizar que la tasa de evaporación no supere los 0,25 kg/m^2 por hora sobre la superficie del hormigón. Para proteger el hormigón del calor excesivo durante el día, se debe cubrir. En condiciones secas, humedecer el hormigón puede proporcionar beneficios dobles: enfriarlo y promover un curado eficaz.