13.13 : Patrones y Alteraciones en las Respiraciones I

Evaluar la frecuencia y el ritmo respiratorio durante un minuto completo es crucial para evaluar el patrón respiratorio. Incluso un pequeño aumento en la frecuencia respiratoria promedio del paciente, de tan sólo tres a cinco respiraciones por minuto, es un indicador temprano y vital de dificultad respiratoria. Los pacientes con una frecuencia respiratoria superior a veinticuatro respiraciones por minuto requieren una estrecha vigilancia para determinar las alteraciones fisiológicas. Esta observación cuidadosa es esencial para el pronto reconocimiento e intervención en casos de función respiratoria comprometida. Existen distintos tipos de respiración normal y anormal:

eupnea

La eupnea es una respiración normal y suave con una frecuencia y un ritmo respiratorios regulares, que normalmente oscilan entre doce y veinte respiraciones por minuto.

bradipnea

En la bradipnea, la frecuencia respiratoria es regular pero inferior a diez respiraciones por minuto. Esta condición puede indicar un deterioro severo en la condición del paciente, como depresión del centro respiratorio, sobredosis de opioides o presión intracraneal elevada.

Taquipnea

La taquipnea se caracteriza por una frecuencia respiratoria superficial más rápida de lo normal y supera las veinte respiraciones por minuto. Esta afección puede sugerir problemas como ansiedad, dolor, enfermedad pulmonar restrictiva, problemas cardíacos o circulatorios o pirexia y, a menudo, es el primer indicio de dificultad respiratoria.

disnea

La disnea implica una sensación subjetiva de respiración difícil o dificultosa, a menudo acompañada de respiraciones rápidas y superficiales. Condiciones como el asma, el ejercicio extenuante y la embolia pulmonar pueden provocar este tipo de respiración debido a un desajuste entre el comando motor y la respuesta mecánica del sistema respiratorio.

Apnea

La apnea indica un cese temporal de la respiración y es una preocupación crítica. Los episodios prolongados que duran más de cuatro a seis minutos pueden provocar daño cerebral. Puede ser el resultado de afecciones como la apnea obstructiva del sueño, enfermedades neuromusculares, insuficiencia cardíaca y toxicidad de medicamentos.

En conclusión, los profesionales sanitarios deben comprender a fondo los diferentes patrones respiratorios y sus implicaciones clínicas asociadas. Reconocer estos patrones les permite identificar rápidamente la dificultad respiratoria, determinar las causas subyacentes e implementar intervenciones adecuadas para optimizar los resultados de los pacientes.