8.1 : Competencia perfecta I

Un mercado perfectamente competitivo se distingue por varias características clave que garantizan que ningún participante tenga el poder de influir unilateralmente en el precio de mercado de bienes y servicios.

En primer lugar, hay una gran cantidad de compradores y vendedores en el mercado, ninguno de los cuales es lo suficientemente grande como para dictar las condiciones del mercado. Esto garantiza que exista un alto nivel de competencia en el que el precio está determinado por la oferta y la demanda generales dentro del mercado.

En segundo lugar, los productos que ofrecen las empresas competidoras son todos homogéneos o idénticos, lo que lleva a los consumidores a no tener preferencia por un producto basándose únicamente en su proveedor.

Otra característica fundamental es la libre entrada y salida de empresas del mercado, lo que permite que nuevas empresas puedan empezar a vender o que las ya existentes puedan salir sin mayores obstáculos, manteniendo el mercado dinámico y competitivo.

Además, todos los participantes tienen información perfecta sobre el producto y los precios del mercado, lo que hace que el mercado sea más eficiente, ya que compradores y vendedores pueden tomar decisiones bien informadas.

Ningún mercado del mundo real puede describirse como un mercado perfectamente competitivo. Sin embargo, un ejemplo de un mercado que se acerca a la competencia perfecta es el sector agrícola de cultivos básicos, como el trigo. Los agricultores de este mercado producen productos casi idénticos, hay muchos compradores y vendedores, la información sobre los precios está ampliamente disponible y los nuevos agricultores pueden entrar o salir del mercado con relativa facilidad.